miércoles, 3 de abril de 2013

Quiero.

Quiero que me enseñes, quiero conocer lo que mejor sabés hacer. Si tu voz fuera caricias ya estaría extasiada, llena de un orgasmo de palabras. Escenas perdidas de películas de terror antiguas, canciones sobre pasión y deseo y una lista de tus bebidas favoritas. Quiero que nos sentemos y me cuentes, quiero que me hables sobre tu vida, tus deseos, tus sueños y lo mucho que te intriga la muerte.
Quiero que te animes a tomarme de la mano y que no la sueltes luego de cruzar la calle, que cuando quieras que te preste atención la presiones un poco y me traigas hasta vos cuando sientas ganas de abrazarme.
Bailemos con canciones jamás bailadas, despeinate conmigo y hagamos el ridículo. El bajo hace saltar mi corazón, las cuerdas como látigos golpean marcando los matices del sonido. Lo siento en mi estómago y se desliza hacia mi pelvis. Tentados nos acercamos, nos sentimos acelerados. Cerca pero nunca lo suficiente. Quiero tu cuerpo sobre el mío balanceándonos mientras la música nos guíe. La libertad es nuestra, no pares, sabés cómo me siento. 
Ven y gastate conmigo despacio, con besos que saben a queso cheddar y nachos. Sedientos nos buscamos con suavidad respirando ese aire cada vez más denso por la calidez entre nosotros y las sábanas que nos envuelven. El metal en tu lengua se siente frío sobre mi piel y me estremezco ante su jugueteo. Quiero que lo hagamos con ritmo y armonía, quiero besos en el cuello y firmeza en tus movimientos. Brazos fuertes, nalgas apretadas, labios húmedos, gusto salado y olor a vos pegado en mi cuerpo. Un remolino de emociones dentro nuestro y aliento supurando sentimientos; el fuego está en tus ojos y este caos define la imaginación. 
Quiero que juguemos a que nos queremos y que queremos lo mismo.

No hay comentarios: